miércoles, 4 de enero de 2017

¿Por qué los medios en la escuela?

EDITORIAL

¿Por qué los medios en la escuela? La sociedad del siglo XXI es, para muchos, la sociedad de la información. Los medios de comunicación participan de la construcción del espacio público e influyen sobre la agenda de aquello que debate la sociedad. La educación tiene que poner en cuestión el sentido común cotidiano que los medios contribuyen a formar al darle contenido a las representaciones sociales, al pensamiento social sobre los hechos, las personas y los grupos sociales. Sin embargo, la información por la información misma no alcanza. Valoramos una información como un insumo para la participación y la ampliación del espacio público. La posibilidad de participación está del lado de quien puede comprender y hacer uso de los mensajes de los medios, porque los sabe analizar, interpretar y evaluar. Y porque sabe elaborar estrategias de acción y de decisión a partir de ello. Incorporar los medios en la escuela es formar a los alumnos como ciudadanos informados, reflexivos frente a esa información, sensibles ante lo que pasa en el país y en el mundo, y participativos. Entender la manera en que los medios representan la realidad y nos hablan de lo que sucede, coloca a las personas en mejores condiciones para participar, actuar y tomar decisiones. Porque preguntándonos sobre la forma en que los medios de comunicación producen significados, podremos comprender la manera en que influyen sobre nuestras percepciones de la realidad y el modo en que podemos transformarla. Este es entonces, el primer motivo que fundamenta la incorporación de los medios en la escuela: analizar el modo en que los medios representan el mundo, el que nos rodea y el que por lejano, sólo conocemos a través de sus mensajes. Existe una segunda razón que fundamenta la necesidad de incorporar los medios en la actividad escolar cotidiana: el diversificado universo cultural y tecnológico en el que viven los niños y adolescentes y el desafío de la escuela para responder y actuar en función de este dinámico entorno comunicacional. Si las identidades de los jóvenes se definen no sólo por el libro que leen, sino por los programas de TV que miran, el sitio Web por el que navegan, la música que escuchan, la película que eligen y la historieta que prefieren, la escuela necesita acercarse a estos consumos, reconocer que los adolescentes utilizan diferentes lenguajes y que recurren a distintas escrituras. El gran desafío para el sistema educativo hoy, es capacitar a los niños y jóvenes para que puedan acceder y utilizar la multiplicidad de escrituras y de discursos en los que se producen las decisiones que los afectan en los planos laboral, familiar, político y económico. Finalmente, existe un motivo más para la inserción de los medios en la escuela. En América Latina, las sociedades son muy fragmentadas y desiguales. El acceso a los bienes culturales es inequitativo. Mientras una minoría tiene acceso a todas las fuentes, medios y tecnologías, la gran mayoría accede sólo a la TV abierta, a la radio y eventualmente a un diario. No tienen DVD, no van al cine, no conocen un teatro y muchos carecen de conexión a Internet en sus hogares Estas brechas no son un tema menor, porque inciden negativamente en la construcción del capital cultural de los jóvenes. La exclusión de la cultura, fortalece la exclusión social, en la medida que los adolescentes ven restringido su capital cultural y con él, las oportunidades educacionales, laborales y de inserción en la sociedad. Uno de los retos específicos que tiene la incorporación de los medios en la escuela en los países de América Latina, es disminuir estas brechas y promover un acceso más equitativo y justo a los bienes culturales y tecnológicos entre los jóvenes que provienen de familias más pobres. El camino abierto por las tecnologías de la comunicación es incorporarlas a la vida y la tarea escolar. No hacerlo sería establecer otro quiebre de ruptura con las formas de expresión, percepción y comunicación de nuestros niños y jóvenes. Hacerlo no es echar al olvido el valor educativo del encuentro cara a cara y la interacción en el espacio real. Aún cuando los obstáculos no son pocos y los desafíos no son menores, el primer paso para lograrlos es insertar esta educación en medios como una política pública, una política de Estado. Afortunadamente siempre hubo docentes que han utilizado los medios de comunicación y que han enseñado a analizarlos, interpretarlos y utilizarlos creativamente. La idea es incorporar esta necesidad como política pública, para convertir estos esfuerzos particulares en un compromiso de Estado. En este compromiso se inscribe el Ministerio de Educación de la Nación, de cara a una mejor calidad de educación, y a la necesidad de una mejor distribución de la información y el conocimiento entre todos los alumnos.

Prof. Alberto Sileoni Ministro de Educación de la Nación

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